Leo


He estado leyendo un poco más estos días. A veces, un poco desesperado. La desesperación de quien ve su biblioteca y sabe que no le dará la vida para terminar al menos los libros que ya ha comprado o le han regalado y han sobrevivido las diversas podas hasta el día de hoy.

Tras la última feria del libro me compré alrededor de 8 títulos nuevos y me regalaron muchos más. Una de esas nuevas adquisiciones fue El verano de la serpiente, de Cecilia Eudave. Con Cecilia me une una amistad larga, pero ocasional. Es decir. En los más de 15 años que tengo de conocerla, solo nos hemos reunido alrededor de cinco veces, hemos intercambiado pocos mensajes vía redes sociales, pero hay una, cómo decirlo, complicidad de muchos años.

Lo primero que leía de ella fue, El enigma de la esfera. Libro que publicó en la colección Piel de Gallina de la Editorial Progreso. Las aventuras de la psicóloga Julia Dench que resuelve problemas en chicos que, bien pueden ser producto del mundo de la esquizofrenia como de lo fantástico me enganchó por completo. Reconocí al momento a una narradora que gusta andar por el filo de la historia para jugar con quien lee. Jugar no el sentido de hacerlo sentir menos o exigir de él o ella un elaborado artificio, sino en el sentido más simple: invitarlo a imaginar la ficción y tratar de anticiparse a la historia o bien, vaticinarla.

La novela, entonces, que me regaló fue su libro más reciente: El verano de la serpiente, publicado por la editorial Alfaguara. En ella se narra la historia de un par de hermanas y del vaticinio que, un verano, una niña serpiente de feria lanza sobre una de ellas. La reconstrucción, en diversas voces, nos da un panorama de la situación de todos los integrantes de la familia, los secretos de los habitantes del barrio y la reconstrucción amorosa de la figura paterna.

Apenas la terminé y por supuesto que la voy a recomendar, sin embargo, también estoy escribiendo esto porque, apenas terminarla, casi sin darle tiempo para procesar la lectura, intenté tomar otro libro para seguir. Y ahí me detuve: ¿porqué leer como desesperado? Claro, porque no alcanzará la vida. ¿Por qué leer determinados libros y no otros? ¿Por qué leer los libros de autores de moda? ¿Por qué leer solo aquellos que nos «den prestigio lector», es decir, los más raros, de autores más secretos? ¿Por qué leer solo lo que nos produzca el sentido de la evasión.

¿Porqué leer como desesperado? Claro, porque no alcanzará la vida.

Hace meses me recomendaron mucho un autor argentino, que recientemente falleció, Sergio Chejfec. Me listaron las obras que debía leer, sí o sí. Genuinamente me interesé, pero luego vi los otros libros que tengo pendientes. Sucede que a veces, lees casi por acto fallido. Como una rutina. Y a veces te sorprendes. A veces una recomendación cae en la búsqueda de un lector desorientado. O lectora. Claro. Así que dos recomendaciones: El enigma de la esfera y El verano de la serpiente de Cecilia y de paso, aunque no lo he leído, pero lo leeré, algunos libros Sergio Chejfec.

  • Algunas novelas a leer:
  • Teoría del ascensor
  • Mis dos mundos
  • No hablen de mí. Historia de un museo.


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